Estimados lectores y seguidores, les cuento que hace poco me vi obligado a emigrar de mi país (Venezuela), debido a la situación tan dura que se está viviendo, ya no se trata de sobrellevar la situación sino más bien de sobrevivir, todos los días es más difícil encontrar alimentos, medicinas, los servicios son cada vez peores, la inseguridad es ya algo inmensurable, así que tomé la decisión junto con mi esposa de emigrar, ya que no estábamos dispuestos a permitir que nuestros hijos se criaran bajo el yugo de la tiranía del narcogobierno venezolano.
Es muy difícil para cualquier persona salir del país donde nació, que lo vio crecer y en donde tuvo la mayoría de las experiencias de su vida, dejar todo atrás no es algo que cualquiera pueda hacer sin sentir algo de nostalgia, en mi caso fue muy duro en todos los niveles, ya que como sabrán la economía venezolana está por el subsuelo lo que hace que sea muy complicado obtener el dinero necesario para sobrevivir, menos aún viajar a ninguna parte, pero gracias a que un primo me introdujo en el mundo del freelancing pude obtener los medios para salir del país, además de vender todo lo que nos pertenecía.
Aún así fue complicado ya que también los venezolanos somos víctimas de un bloqueo económico impuesto por el mismo régimen, lo que nos impide poder hacer transacciones en monedas extranjeras, ni siquiera se puede acceder a otra moneda de forma legal (el gobierno es el único autorizado para venderla, pero a través de un sistema de viciado de subastas), por lo que fue muy difícil obtener las ganancias por el trabajo freelance.
Después de tomar la decisión de emigrar hay que establecer las pautas a seguir y el muy importante destino a donde se irá (para un venezolano lo primero no es el donde irse, sino tomar la decisión de irse, después es que se busca el destino). En mi caso elegimos a Chile, por su economía en crecimiento, seguridad, costos de traslado y facilidades en los trámites para obtener la legalidad en el país.
Ya con todo listo decidimos que lo mejor y menos arriesgado era que los primero en salir del país fuésemos mi hermano y yo, para ir buscando un sitio donde vivir, tener trabajo, conocer la zona y que después de un año aproximadamente nos trajesemos al resto de la familia, pero como pareciera imposible hacer planes basándose en Venezuela, al poco tiempo de llegar a Chile la situación empeoró drásticamente, lo que nos obligó a acelerar todo a 3 meses; menos mal que lo hicimos ya que al poco tiempo de que llego mi familia la moneda se desplomó aún más, lo que nos hubiese pulverizado los ahorros y el dinero destinado al viaje.
Ya han pasado casi 4 meses desde mi llegada a este hermoso país y les cuento que a pesar de que no tengo las mismas comodidades con las que contaba en Venezuela, estoy tranquilo, puedo salir a pasear sin miedo a no regresar, puedo hacer mercado sin dejar todo el sueldo, mis hijos pueden ir al parque sin el miedo a sufrir un secuestro y un sinfín de cosas que parecieran muy simples o hasta insignificantes, pero que los venezolanos perdimos sin darnos cuenta, es triste, pero nos dejamos arrebatar el paraíso sin hacer una resistencia real.
Aprovecho para agradecer a Chile y sus habitantes, así como también a todos los países que nos han abierto sus puertas a los venezolanos que tanto necesitamos ayuda en estos oscuros momentos, GRACIAS.
Luis Colmenares